Ian de Filippi se va a San Lorenzo de Almagro. Si, al muchachito de 10 años lo vieron en un torneo de Rafaela y se lo llevan al Cuervo. El sueño de jugar en un equipo grande se va a ser realidad. Salio de Atlético Charata. Orgullo charatense.
Ian de Filippi llegó a Atlético Charata a los 5 años, empujado por esa pasión que la familia tiene por esos colores. Allí disputó multiples torneos provinciales y nacionales y a la hora de reforzarse, la 2005 ganadora de Unión y Fuerza de Corzuela nunca dudó en llamarlo. Aquí fue dirigido por Santiago Gorosito, Rodrigo Galero, Sergio Mena, Pablo Schoning, ente otros.
En Agosto de este año un coordinador de las divisiones inferiores de San Lorenzo lo observó en el torneo de Atlético de Rafaela, le gustó tanto que lo sleccionó para hacer una prueba en Buenos Aires.
Esa prueba se concretó, Ian conformó a todos en el Cuervo y a principios del 2016 deberá mudarse a Boedo para sumarse a la octava división del Ciclón.
Alguna vez, Ian le dijo a su abuela "cuando sea grande voy a jugar en un equipo grande y te voy a llevar conmigo". Hoy, el sueño de ese inocente de pegar el salto comienza a hacerse realidad y mas allá de todo, ver a un niño sonreír es lo mejor que nos puede pasar como seres humanos.
Ian de Filippi llegó a Atlético Charata a los 5 años, empujado por esa pasión que la familia tiene por esos colores. Allí disputó multiples torneos provinciales y nacionales y a la hora de reforzarse, la 2005 ganadora de Unión y Fuerza de Corzuela nunca dudó en llamarlo. Aquí fue dirigido por Santiago Gorosito, Rodrigo Galero, Sergio Mena, Pablo Schoning, ente otros.
En Agosto de este año un coordinador de las divisiones inferiores de San Lorenzo lo observó en el torneo de Atlético de Rafaela, le gustó tanto que lo sleccionó para hacer una prueba en Buenos Aires.
Esa prueba se concretó, Ian conformó a todos en el Cuervo y a principios del 2016 deberá mudarse a Boedo para sumarse a la octava división del Ciclón.
Alguna vez, Ian le dijo a su abuela "cuando sea grande voy a jugar en un equipo grande y te voy a llevar conmigo". Hoy, el sueño de ese inocente de pegar el salto comienza a hacerse realidad y mas allá de todo, ver a un niño sonreír es lo mejor que nos puede pasar como seres humanos.
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