Tácticas de 4-4-2 con jugadores bien plantados, laterales que no pasan al ataque ni a palos, dobles cinco que juegan de lo mismo, carrileros que llegan poco o no llegan y delanteros que tienen que bajar hasta la medialuna a buscarla porque si no ni tocan la pelota; hicieron de los partidos definitorios de la Liga del Noroeste un insulto al espectáculo.
Y el partido de ida de la final entre Libertad y Obreros Unidos no escapó a esta tendencia poco feliz. Los 90 minutos en el estadio Ruben Laola fueron un verdadero mamarracho. Fue la bolea de Mauro Duarte que logró tapar Hector Luna en una gran atajada, y nada más. No hubo situaciones de peligro. Aburrieron a sus hinchas que a pesar de otros eventos en la ciudad y en la TV llenaron las tribunas locales y visitantes. En épocas de recaudaciones flacas, la gente intenta volver a las canchas. Pero jugando así van a pensar dos o tres veces a la hora de pagar una entrada para ir a verlos.
Se sabe que jugamos en un fútbol amateur. Se sabe que no son jugadores profesionales y que no se dedican exclusivamente al futbol. Que muchos dejan la cuchara de albañil y se van al club a entrenar. Es un esfuerzo que les estaremos agradecidos para siempre. Somos conscientes también de que las canchas salvo uno o dos casos son un desastre y que se complica jugar por abajo. Sabemos que están disputando finales y que una equivocación los puede dejar con las manos vacías.
Pero arriesguemos un poquito más changos. Qué mejor que jugar una semifinal o una final yendo a buscar el partido y no especulando todos colgados del travesaño. Es de mediocres la lógica del no jugar pero tampoco te dejo jugar a vos. Es muy triste verlos correr la cancha pensando en cortarle los circuitos al rival y no en buscar alternativas para llegar al gol.
Ojala que para lo que viene el asunto de un giro de 360° y empecemos a ver un cachito de buen futbol. Material hay, y de sobra. No por nada venimos de meter un campeón en el Federativo, títulos provinciales de Seleccionado SUB 17 y finalistas en los torneos Federales. Nos respetan en todo el Chaco y provincias vecinas. Es hora de poner en la cancha ese talento y empezar a jugar a la pelota que cuando quieren lo hacen de primera.
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