En un Superclásico vibrante en el que hubo de todo, finalmente el Rojo se llevó el triunfo y algo mas. Con goles de un Mauro Rodríguez Díaz, Juventud Unida derrotó a Libertad por 2 a 0 para seguir soñando ante la euforia de un Coliseo Rojo colmado.
Finalmente, este martes por la tarde se jugó el Superclásico. Ante el aliento de miles y miles de personas, Juventud Unida y Libertad hacían su ingreso al campo de juego. Luego del efusivo protocolo de todo Superclásico y del minuto de silencio por la muerte del ex presidente Nestor Kirchner, el árbitro Silvio Ruíz pita el inicio del partido.
En un primer tiempo en el que no se vio gran fútbol, Libertad fue el que mayoritariamente manejó el balón. La riqueza de su medio campo le permitía al Azulgrana monopolizar el juego a través de la solidez de Elías Paz y la contención al límite de Cristian Juárez.
Del otro lado, Cristian Toledo era el que por el momento intentaba reducir los avances por el costado izquierdo y los adelantamientos de Cristian Alderete y José Laurenza. Arriba, Mauro Rodríguez Díaz y Oscar Morínigo no encontraban la pelota y Walter Kopp y Marcelo Schoning tampoco podían gravitar en la generación de fútbol.
Ese imperio de Libertad en el partido le permitió al equipo Azulgrana tener dos chances claras de gol. A los 15’, un centro por la izquierda deriva en un rebote en el área y “Peta” Juarez pretende colgársela a Agustín Aleksandrooff quien estando bien parado en la raya del arco consigue despejarla con la complicidad del travesaño y otro rebote le queda en los pies a Felipe Gaitano que de frente al arco saca un zurdazo fortísimo que se va besando el palo izquierdo. Tremenda oportunidad de gol que no consigue anotar la visita.
A los 25’ Carlos Torres queda habilitado y define ante la salida del arquero Juan Redchuk quien con gran precisión logra atajar el remate en dos tiempos.
A mediados de la primera parte, el línea Oscar Ruiz queda tendido en el suelo luego de haber sufrido un piedrazo de parte de los estúpidos de siempre. El encuentro estuvo parado por varios minutos y con el consentimiento y las garantías de seguridad, el partido se reanudó.
Después de este parate parece que el Azulgrana bajó la adrenalina de los primeros minutos y el partido se tornó algo parejo. Por medio del contragolpe, Juventud Unida intentaba golpear a la defensa visitante.
En esta oportunidad, comenzaron a llover centros bastantes peligrosos contra el arco defendido por Diego Ojeda. De la misma manera, a los 38’ un ataque que se tornaba bastante peligroso termina en un enriedo confuso entre Toledo y Rodríguez Díaz. Eso fue todo lo que pasó en el primer tiempo.
El complemento, bastante cortado, fue lo mejor de este Superclásico. Elías paz tuvo que salir lesionado como consecuencia de un golpe sobre el final del primer tiempo y esto iba a ser determinante para el desarrollo del partido. Por el lado de Juventud Unida, Hildo Coria mandó a la cancha a Ricardo Montenegro por Cristian Jaime.
En el inicio nomás, Oscar Morínigo avanza rumbo al arco visitante pero no logra definir con categoría. Juan Redchuk sufre una lesión en su pierna izquierda, hecho que lo va a condicionar de ahora en más durante todo el partido.
Luego de reanudarse nuevamente el partido, el gol llega de sorpresa para la parcialidad local y como un balde de agua fría para Libertad. Una gran habilitación en el contragolpe por la izquierda le permite a Mauro Rodríguez Díaz ganarle en velocidad la posición a Matías Flores y logra sacar un remate cruzado que se mete en el ángulo ante la insuficiente salida de Diego Ojeda (que nada podía hacer) desatando el grito contenido de todo el Pueblo Rojo.
Después del gol, el árbitro Silvio Ruiz sufre una distensión en el músculo de su pierna izquierda y se ve obligado a retirarse del partido luego de una tarea bastante aceptable. En su lugar, tomó el pito el laiman Juan Coria.
El Rojo estaba en ritmo ascendente y su contragolpe inspiraba peligro en la defensa de Libertad. La visita perdió mucho terreno con la salida de Elías Paz y el sacrificio de Cristian Juarez no alcanzaba porque quien se adueñó de mediocampo fue la dupla Ricardo Montenegro y Eric Seifi.
Mock mandó a la cancha a Gustavo Gambarte quien le intentaba poner ritmo a un alicaido ataque del Azulgrana.
Como en todo el campeonato y teniendo a la delantera mas goleadora del Clausura, Hildo Coria aprovechaba la velicidad de sus delanteros y apostaba al contragolpe mortal para liquidar el partido.
Luego de un nuevo remate cruzado que se fue desviado, Ojeda quiere salir jugando y le regala literalmente el balón a Rodríguez Díaz quien luego no pudo hacer mucho ya que fue encerrado por los defensores del Azulgrana.
A los 30’, en un mal momento para Libertad, el equipo dirigido por Walter Mock sufre la expulsión de Cristian Alderete, luego de un reclamo al árbitro por las constantes “tiradas al suelo” de Juan Redchuk por su lesión y sin el ánimo de querer salir del partido, a lo que los jugadores del Azulgrana interpretaban como que el arquero estaba consumiendo tiempo.
A los 44’ otro pelotazo desde la mitad de la cancha consigue habilitar nuevamente a Rodríguez Díaz y como en la vez anterior, este define con categoría ante la salida de Ojeda liquidando de esta forma el Superclásico. El Coliseo era una fiesta y el partido ya no daba para más.
Un incidente entre José Laurenza y Walter Kopp deriva en la expulsión de ambos jugadores que se van a perder la última fecha del Torneo Clausura. Un remate desde afuera del área de Luis Ferrer es despejado por el “Flaco” Redchuk con sus últimos esfuerzos ante el aplauso de toda la hinchada roja que estaba detrás de su arco.
Juan Coria decreta el final del partido destrabando la alegría de la parcialidad local que se había convocado en forma multitudinaria.
Con este resultado, Juventud Unida se encuentra segundo junto a Libertad con 28 puntos, un punto abajo detrás de Cooperativista que tiene 29.
En la última fecha, el Rojo viaja a Hermoso Campo y Libertad recibe a Cooperativista en otro clásico clave para la definición de este apasionante Torneo Clausura.
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