“Nadie sabia que yo jugaba al futbol, lo hacia en la
canchita y a los que me decían que vaya a atajar en un equipo de primera les
contaba que no era arquero, una total mentira yo no quería jugar en cancha grande
hasta que mi cuñado Quiña me trajo y me quedé acá en Juventud Unida. En el 85’
jugué en la segunda y al tiempo debuté frente a Ferro de Pinedo, tuve que
reemplazar a ese gran arquero que era Tomas Moreno, hasta el 92’ me quedé en el
Club, la pase realmente muy bien, los compañeros que tenia jugadores notables,
Misael Mena, Hildo Gutiérrez, Luis Milla, Ricardo Palavecino. Nosotros no cambiábamos
la camiseta, éramos todos del barrio, nadie se iba a otro club, eso no veo que
ocurra, era raro encontrar jugadores que no eran del barrio, claro que el
problema lo tenia el técnico que no sabia a quien dejar en el banco de
suplentes, era difícil el tema”.
“De los recuerdos que uno atesora tengo tres camisetas de
arquero, algunos recortes de
Eco Deportivo y Diario Norte, fui uno de los que impulsó las
calzas en el futbol de la región, las tenia de todos colores, me cargaban mis
compañeros en el vestuario porque me decian que me estaba dando vuelta (risas).
Al hincha le gustó mi paso por acá, tal vez porque yo me casé con Juventud
Unida, además las piruetas que hacia las hacia con el alma, por eso la gente se
enamoró de mi, sumado a algunas pelotas que creo atajé en esos 6 años, y
algunos penales que sirvieron para ganar partidos y campeonatos, creo que tal
vez eso permitió que hoy tengan un buen recuerdo de lo mío. Esta es una
barriada inmensa y muy linda, hay chicos que saben de mi y es porque los padres
le cuentan, eso es impagable, yo dejé de jugar hace 15 años, que aplaudan a los
que juegan ahora, me da vergüenza a veces que me aplaudan a mi”.
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