ABRAZO DE GOL
>> Después de cumplir su fecha de suspensión, Ariel Vinciguerra
tuvo su bautismo de fuego con la camiseta del Rojo y que bautismo. El gringo
metió el tercero y lo dio vuelta frente a Defensores para luego ir a partirse la espalda
de un abrazo interminable con Fabricio Ramirez, quien hizo todas las gestiones
para traerlo a Juventud. Vinci no anduvo como todo Juventud, busca su lugar en
el equipo pero tiene un motivo para festejar.
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