Una nueva edición de Creer o Reventar. En este caso, presentamos la historia de un equipo conformado por reclusos del Servicio Penitenciario, es decir presos, y que participa del TDI 2011. Lee la nota de Olé y enterate de todo.
Pioneros FC, el equipo campanense compuesto por reclusos de la Unidad 21 y 41 del Servicio Penitenciario Bonaerense, perdió 7-1 contra Everton en La Plata en su debut en el Torneo Argentino C. El operativo policial fue increíble. ¿No viste Fuga a la Victoria ?
El día finalmente llegó. Después de hacer uno y mil palotes contra la pared, vieron la luz. Deporte, inserción social, competencia. Llamalo como quieras. Es más, jugando con la ilusión –que tiempo les sobra para eso-, hoy es el Argentino C y, con viento a favor, calculá: 2011/12, Argentino B, 2012/13 Argentino A, 2013/14 B Nacional, 2014/15 Primera, y 2016, por qué no, Mundial de Clubes. ¿Cuál es la condena a la hora de soñar? Ninguna. Lo cierto es que Pioneros FC, el equipo de la Liga de Campana compuesto por 17 jugadores alojados en la Unidad 21 y por seis de la Unidad 41 (más tres agentes, un ex interno y un ex integrante de la fuerza de seguridad). El conjunto lleva el nombre del barrio donde se emplaza el penal y también es un guiño a la iniciativa.
El equipo fue creado en 2009, cuando fue tercero. El año pasado consiguió el título, conquista que le dio como premio la participación en la zona 70 del TDI, Torneo del Interior también conocido como Argentino C. El color de su camiseta es azul y cuenta con una alternativa color blanca, con vivos rojos y verdes, colores que simbolizan paz, pasión y esperanza.
Ya quedó establecido en el Consejo Federal que harán las veces de local en cancha de Villa Dálmine (y no en la cárcel, como venía sucediendo) y, como ayer, de visitante, el traslado y el partido serán todo un tema: habrá coordinación entre el mismo servicio de seguridad de Unidad 21 y la seccional a cargo de la zona del partido. Para evitar sorpresas… La marca será personal. Cada jugador tendrá a cargo a un agente…
En 2006, buena parte de este grupo ya salió para defender los colores y el prestigio deportivo de su establecimiento. Paralelo al Mundial de Alemania, se jugó un Mundialito intercarcelario cuya final se definió –oh casualidad- en La Plata. Pero en el Estadio Unico y no en 7 y 629, cancha de Everton, decano del fútbol platense. Aquella vez, haciéndose pasar por Suecia, derrotaron 2-0 a la Unidad 15 de Batán (o más conocida como Australia por esos tiempos).
Hasta la previa al torneo, Miguel González fue el entrenador. Y el subdirector del penal… Ayer Marcos Colazo dirigió en la goleada por 7 a 1. Oriundo de San Pedro, fue DT del Banfield. “Los muchachos saben que es el único momento que tienen para disfrutar un rato de libertad”, no se cansa de decir después de una jornada rutinaria de almuerzo, entrenamiento, cena, y regreso al pabellón correspondiente. El equipo, según se supo, es solventado económicamente por el Gobierno, la empresa Siderca, y los gremios de la Uocra y Utghra.
El partido ayer comenzó más tarde porque, si bien estaba previsto el comienzo del juego a las 17, el micro escolar que los transportaba tuvo un problemita técnico en la zona del Cruce Varela. Con la bañadera en marcha, dos móviles de la 8° de La Plata y un camión del SPB escoltaron a los players (identificados con pecheras azules) con una suerte de cordón policial.
En la cancha sólo hubo diferencias físicas. Colazo dispuso una formación plena de reclusos salvo Fabián Gamboa, volante por izquierda y Cabo 1° de la U 21). De entrada, a la hora del sorteo, y 45 minutos después de lo establecido, el capitán de Everton, Gastón García, le entregó a su par Cristian Pujol, aguerrido marcador central, un banderín recordatorio. A los 5’ , el partido estaba definido… Un cabezazo de Bruno Cicutti desmoronó a un equipo que estaba viviendo un juego aparte. El primer tiempo, así las cosas, terminó 4-0.
Hubo un hattrick de Federico Reichenbach para destacar, así como otro gol de Cicutti, y otros de Luque y Bidondo. Cuando faltaban un minuto, el recién ingresado Daniel Mansilla (ya había entrado José Montenegro, guardiacarcel), consiguió el descuento, el 1-7, que fue gritado por Pioneros como el gol de Maradona a los ingleses. Se entiende. Así, cuando el árbitro Diego Brindesi pitó el final, las caras lo decían todo. Everton sumó tres puntos. Pero los Pioneros también ganaron.
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