La lluvia no paró en todo el partido y el aliento de los más de 10 mil celestes, tampoco. Tras 57 años, por primera vez se jugaba una final, tenía que ser una fiesta.
Todo comenzó temprano, el público llegó a El Teniente con anticipación para vivir esta jornada histórica. Los paraguas se multiplicaban a medida que avanzaba la hora, todo el mundo llegaba al Mundialista. Rancagua paralizada.
No pasaba ni un minuto de juego cuando Juan Rodrigo Rojas puso en ventaja al Capo de Provincia. Error en la salida azul, que el paraguayo aprovecha para batir por sobre la salida de Johnny Herrera. Sorpresa para los azules que salieron a buscar el empate.
Parejo era el trámite del partido en el primer tiempo, a los 27 minutos Paulo Magalhaes aprovecha un balonazo largo para enviar el centro que encontró a Guillermo Marino quien de volea, y tras un desvío en Claudio Meneses, batió a Luis Marín.
El árbitro cortaba mucho el juego, y los hinchas celestes se sentían perjudicados por algunos cobros. Así se fueron al descanso.
Jorge Sampaoli renunció a su idea en el segundo tiempo y se dedicó a esperar. Reemplazó a Ángelo Henríquez y puso a un volante, esto le quitó profundidad, lo que aprovechó O'Higgins para hacerse de las acciones. El ingreso de César Fuentes le aportó al equipo mantener la pelota y más presencia en mediocampo. Así se fueron aproximando a la portería azul, tal que a los 72 minutos Alejandro López aparece de forma fantasmal para convertir el gol del triunfo, luego de gran jugada colectiva.
Sobre el final, Enzo Gutiérrez tuvo el tres a uno, pero el arquero visitante estuvo sólido en el achique.
Abrazos por doquier y la ilusión más grande que nunca. Se termina el primer tiempo de esta gran final, el lunes podemos romper la historia. ¡Vamos Capo de Provincia!
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