17 de noviembre de 2015

La revancha de Nino

 Luego de una semana difícil entre rumores de discusiones con el cuerpo técnico, Schoning saltó desde el banco de suplentes y fue el héroe de la primera final ante Libertad. La historia detrás del último ídolo de Juventud que viene de superar una operación importante de su rodilla en la etapa final de toda una época dándole patadas a la pelota.

Las declaraciones de Marcelo Schoning después del Superclásico que lo tuvo como héroe no hizo más que confirmar lo que había trascendido fines de semanas atrás: la discusión subida de tono con el Profe Eduardo Lopez que habría involucrado a algunos dirigentes del club minutos antes del partido vs. Cooperativista por la semifinal del Clausura de la liga.

Ese día uno miraba la planilla y Juventud llamativamente no completaba el banco de suplentes. La camiseta N° 16 estaba vacante, no tenía dueño. Y faltaba el, Nino Schoning, quien en el partido de ida había sido titular.

Al parecer la decisión de que ocupe un lugar en el banco de suplentes habría sido la última gota que rebalsó el vaso de una relación algo tirante entre el jugador y el integrante del improvisado cuerpo técnico de Juventud que ya haia sufrido las salidas de Waldemar Albertí y Gastón Falkievich.
Después de aquel episodio más allá de quien tenia o no la razón Nino Schoning con sus años de experiencia logró darse cuenta de que no era saludable que luego de todo una vida en el club culmine su carrera de esta manera, al igual que el Profe Eduardo Lopez y aquel dirigente con quienes se habrían replanteado esta situación y decidieron buscar la manera de concretar un acercamiento y de tirar para adelante todos juntos, más aun en el marco de estas instancias finales donde Juventud está ante una chance inmejorable de volver a gritar campeón después de cuatro años.

Y la historia sumó un capitulo mas, el mejor quizás el domingo, cuando Juventud estaba prácticamente en la lona al borde del nocaut por parte de Libertad. Perdía 2 a 0 y necesitaba urgente un gol para meterse nuevamente en partido. Pero entró ese petiso complicado, uno de los últimos (si no ultimo) ídolos del Bicho Colorado, multicampeon en el club que lo vio nacer tiró al asador sus años de batallas y clásicos incesantes con el Azulgrana, una parte de ese talento que todavía persiste y un amor propio suficiente como para ganarle a las dificultades físicas y a esa rodilla que viene de una operación grosa y aportar dos goles fantásticos (uno de ellos de cabeza) para hacer explotar a un Coliseo Rojo que minutos atrás había sido hostil para con el.

Después del partido se fundieron en un abrazo paternal junto a Carlos Frias aclarándole que mas allá de aquel episodio las puertas del club las sigue teniendo abiertas.

"Uno trata siempre de aportar durante la semana. A mis compañeros y al cuerpo técnico le pido disculpas. Yo se que estuve mal el otro día. No fue porque no quise ir al banco en aquel partido sino que hubo otras circunstancias. Por ahí la gente creyó eso”, dijo el héroe de la tarde quien mas tarde citó a quien fuera su entrenador en uno de los tantos equipos que integró en la zona como Comercio de Santa Sylvina: “Siempre una persona que me enseñó mucho como Palavecino me dijo que cuando jugas titular nunca tenés que preguntar y cuando te queda estar suplente tampoco porque entran otros compañeros a los que tenés que alentarlos desde el banco. Hoy quise aportar mi granito de arena, gracias a Dios se me dieron dos goles, sin la ayuda de mis compañeros no lo hubiera podido lograr.”


Así y todo, Nino sostuvo que: “Estos dos goles me sirven mucho en lo personal, pero yo no tengo que demostrarle nada a nadie. La gente conoce lo que yo puedo aportar y el día que no de mas en la cancha dejare de jugar. Uno no va a hacerle mal al club. Yo vengo de una lesión muy grande, la operación de la rodilla no es fácil, uno trata de venir a entrenar dejando muchas cosas de lado.”






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