EXCELENTE
Nada para reclamar. El arbitraje de Carlos Vallejos fue de lo mejor en este Superclásico Recargado. Autoridad, es la palabra que define a este corzuelence que sacó adelante un partido picante y que en ningún momento le quedó grande.
En cada amarilla, cada expulsión y en el penal que cobró, Vallejos demostró que no por nada se ganó el boleto para dirigir la primera final, un Superclásico complicado luego de que toda la semana se especulara con su nombre. Sus particulares gestos y forma de correr y plantarse frente al jugador convencieron a todos los asistentes al Coliseo de que realmente estaba a la altura de las circunstancias y de que el espectáculo, al menos desde la parte arbitral, estaba garantizado. En cuanto a las jugadas polémicas, dos son responsabilidad de el y la otra no correspondió a su trabajo. El penal que José Laurenza le comete a Rodríguez Díaz cuando el segundo se prestaba a gambetearlo en el área estuvo bien cobrado. Tan correcto estaba que el mismo jugador no insistió nunca en recriminarle dicha jugada. La expulsión de Díaz Guerrero luego del patadon que le aplicó a Santiago Gorosito en la mitad de la cancha, más perfecta aun.
La supuesta posición adelantada de Walter Gorosito es una polémica que no le compete a Vallejos, sino al lineman Silvio Ruiz. Era el segundo gol de Libertad (que luego nos encargaremos de analizarla) y la visita pasaba nuevamente al frente pero Ruiz vio off-side del delantero automáticamente levantó el banderín anulándolo. Carlos Torres tuvo que irse expulsado como corresponde por arrojarle agua al árbitro voluntaria o involuntariamente.
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