22 de junio de 2011

LA CLASE DE PEGORARO

El charatense volvió a la ciudad después de trece años y se encargó de dirigir en el Clásico. Impecable, nada para discutirle al colegiado. Cuando los players comenzaban a desconocerse, automáticamente Marcelo se hizo respetar y mostró su personalidad en el campo de juego.

Después del partido, el arbitro hizo declaraciones a El Deportivo y contó como vivió su vuelta fugaz por Charata y de paso dio un pantallazo magistral de la profesión.  

“Siempre es bueno volver. Lo tomo así muy contento a esto de volver a mi ciudad que me vio nacer porque yo a los 16 años empecé a dirigir y si bien hace bastante tiempo estoy radicado en Resistencia siempre sigo lo que pasa acá a través de la radio, la tele, el diario”.

“Por suerte hoy la gente fue una fiesta, todo salió redondito, el partido se jugó con los dientes apretados pero los chicos se brindaron por el espectáculo y eso hay que destacarlo constantemente. Creo que acá en Charata y en Villa Ángela es donde va la gente en gran numero a los estadios y eso demuestra que hay una fiebre masiva por el fútbol del interior”.

“Hace trece años estoy radicado en Resistencia, en todos los partidos se aprende algo. Uno siempre analiza todo lo que pasa, acá no hay secretos, hay que estar preparados, tener una constancia. Hay que estudiar las reglas del juego, eso si no hay otra, siempre con esfuerzo y dedicación, cada juego es distinto y las situaciones son distintas, por eso hay que aprovechar todo lo que se presenta cada fin de semana. Inclusive las reglas de juego se van modificando para que se juegue rápido, para que el balón no se detenga, se renueve rápidamente y debido a eso, a veces hay jugadores que terminan acalambrados y muy complicados en lo físico. Las reglas apuntan a que se juegue mucho tiempo y que sea rápido para que la cuestión en pos del espectáculo se vea mejorado”.        

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