No es la primera vez que a Obreros le toca lidiar con el alambrado olímpico. Tercera fase de TDI 2012, vs. Libertad en su propio estadio: Alexis Rios le reventó el arco a Musich y la hinchada azulgrana se trepó al alambrado a gritarlo. Resultado: 3 columnas abajo. Después de lo que pasó en cancha de Unión la pregunta es: desgracias con suerte o mala praxis de construcción.
44'PT, Libertad con uno menos se lo empata a Obreros con un balinazo de Alexis Rios y lo va a celebrar con la hinchada visitante. Algunos dicen con saña, otros que la euforia misma puede llevar a eso; lo cierto es que el alambrado olímpico no aguantó y si bien no se vinieron abajo, tres columnas que se rompieron quedaron colgando.
Quizás la de aquella vez no haya sido tan grave como la que ocurrió en el clásico corzuelence. Le pasó a Unión ahora que acaba de inaugurar su cancha como le pudo haber pasado a cualquier club por el avallasamiento sentimental desmedido en el festejo de un gol (Juventud-Libertad, TDI 2013; caida del alambrado que da a la tribuna visitante acabado de instalar). Pero ante la gravedad de este ultimo episodio no aislado (demasiadas columnas se vinieron abajo) surge la pregunta de que si estas construcciones que muchas veces se encaran desde los clubes con mucho sacrificio pero con recursos escasos son lo verdaderamente eficiente. Y no son obras que por lo antiguas se rompen sino que trata de estructuras recientemente terminadas. ¿Falló la inspección realizada desde la Liga del Noroeste?
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