El partido ya pintaba sucio. Pero no de parte de un juego brusco de los jugadores sino desde las hinchadas.
Primero llovían piedras desde las afueras del estadio hacia la tribuna donde estaban ubicados los hinchas de Cooperativista y muchos (entre ellos criaturas) tuvieron que retirarse de los tablones porque sino les rompían la cabeza.
Luego, cuando se jugaban a penas 3’ de partido, un petardo cayò al lado del arquero de Cooperativista, Sebastian Acosta, y esto motivò a que el partido sufra su primer intervalo.
Fue tal el descontrol de los muchachos que Barrientos, Schoning y hasta el propio Hildo Coria tuvieron que dirigirse al alambrado para pedirle por favor a los estupidos que paren con la locura de arrojar petardos al campo de juego.
Y después si, con la agresión de los barras visitantes al asistente numero dos la locura se apodero del todo del espectáculo y los barras visitantes terminaron por suspender el partido.
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