Tamara Martin, su majestad en la Fiesta del Deporte, desfiló en el Coliseo ante el aplauso de damas y caballeros deleitados por su belleza y su gracia. Antes, recibió un ramo de flores y una camiseta firmada por los jugadores del Rojo a quien representó en aquella oportunidad. Los muchachos de la Marea le cantaron a su soberana.