29 de octubre de 2014

El gigante blanco

El SUM de Juventud formó parte de un paquete de obras de infraestructura para distintos clubes de la provincia que ejecutó el gobierno de Florencio Tenev (Q.E.P.D.) durante su gestión. En ese momento presidía al Rojo el doctor Juan José Sánchez pero vale remarcar las gestiones de los inolvidables Jorge “Coco” Arrudi y Francisco Ferrer para que se construya esta histórica obra.

El jueves 3 de julio de 2014 con el paso de los años se recordará con alegría entre los simpatizantes del Club Social y Deportivo Juventud Unida porque comenzaron los trabajos de remodelación del salón de usos múltiples (SUM) de la institución. Era una cuenta pendiente y a través del Ministerio de Infraestructura del Chaco podrá saldarse.
El movimiento de camiones con materiales para la construcción y obreros interrumpió la tranquilidad del barrio Juventud por unos instantes, pero al mismo tiempo, los ojos de los vecinos de esta parte de la Perla del Oeste se iluminaban porque algo grande comenzaba a ocurrir en el Rojo.
Gracias a las gestiones de la actual Comisión Directiva, conducida por el presidente Carlos Frías, más el acompañamiento de socios como Ricardo Milla y referentes del Partido Justicialista local: Enri Simón (también integrante de la directiva roja), María Luisa Chomiak y Enrique Obligado, entre otros, la familia de Juventud recibió una caricia en el alma.
La remodelación del SUM es posible mediante el Ministerio de Infraestructura chaqueño que conduce el saenzpeñense Marcos Verbeek, quien tras tomar conocimiento, ordenó el armado del proyecto con el equipo de profesionales de la cartera y la pronta ejecución de los trabajos que está prácticamente finalizado.
Las mejoras consistieron en la renovación total del revoque interior, nueva fachada, colocación de cielo raso, aberturas, iluminación, sanitarios, nuevas oficinas y demás detalles que dejaron como nuevo el salón rojo que está cumpliendo 30 años desde su primera inauguración en 1984.
Hoy a punto de reinaugurarse, aquel galpón de chapa y ladrillos vistos que fue testigo de innumerables cenas de campeones, cumpleaños de 15, fiestas de casamiento, algún que otro bailongo y que en algún momento llegó a funcionar como una sala de ensayos de folclore y entrenamiento de taekwondo; se convirtió en un coqueto SUM, un gigante blanco que se levanta en el corazón de un barrio que es pura pasión y que en breve comenzará a disfrutarlo con todos sus chiches.







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