21 de noviembre de 2013

Enfermeros de fierro

Para el argentino futbolero la enfermera es sinónimo de fracaso, impotencia, desilusión (doping positivo de Maradona en el Mundial 94). Para otros, la enfermera es prácticamente un parto, casi a la altura de una fobia al dentista.
Están los jóvenes residentes y las mas experimentadas, las hay bonitas y aquellos un poco mas rústicos con el paciente. Se los ve mayormente en el hospital, en la clínica. En un accidente de transito o en una cancha de fútbol. Vaya nuestro saludo a ellos, de manera muy especial a la señora de la foto, Noemí Brandan, una querubín de Dios que ante el precipicio de alguno sobre el pasto salta automáticamente con botiquín en mano, manos que con tegumento de madre se apoyan delicadamente sobre la frente del futbolista lesionado como buscando calmar al paciente que se maquina por un estacazo feo en la rodilla o ayudando al agua a despertar de la siesta luego de un grave golpe en la nuca.
Dueños de una predisposición sin limites ante el llamado urgente en un domingo a la siesta, sin ellos no habría ambulancia que valga la pena, sin ellos el susto sería algo mas que un susto y no habría vida que no se apague.

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