22 de junio de 2012

El jugador educado arbitralmente

>> Gabriel Guillaume es la figura abarcativa del curso de capacitacion para arbitros y reglas de juego que se dictará en Las Breñas. El ex arbitro nacional desnuda su intimidad en una entrevista fenomenal a un portal digital en el que ademas de presentar un proyecto innovador que lleva a cabo en Colegiales (Bs. As.), entre otras cosas dice: "Hay que bajar los decibeles para quitar la agresividad contra los arbitros, son seres humanos como todos nosotros".

Vermouth Deportivo: ¿Por qué dejaste el referato para volcar este proyecto en Colegiales?
Gabriel Guillaume: Uno siempre busca cosas distintas. A los nueve años empecé a jugar al fútbol en San Lorenzo, terminé jugando en Banfield como jugador profesional. Me metí en el profesorado de Educación Física y en el referato. Dejé de dirigir porque no quería ser un árbitro más de la categoría y porque no era ético trabajar en un club mientras ejercía. Cuando tomo la decisión, me pregunto cómo seguir ligado al ambiente del fútbol. Entonces surgió este proyecto; educar desde otro lado. Con la gente de Colegiales siempre hubo buena relación, con otros clubes también que lo querían aplicar; Estudiantes de Buenos Aires y Brown de Adrogué. Cole fue el primero que se acercó en marzo del año pasado mientras dirigía y la verdad que estoy agradecido.  Están todos con esta idea, desde los utileros hasta los alcanza pelotas, por eso digo que es logro de todos. Hablando con gente, me decían que estaba loco, que esto no iba a servir. Hoy trato de que se vea el fútbol desde otro lado.
VD: Contame un poco más del proyecto y de tu función en el club

GG: El proyecto se llama “el jugador educado arbitralmente”. Mi función, como docente de Educación Física, es educar al jugador. Primero educándolo en su comportamiento futbolístico y después en la parte arbitral. Ver que conductas y gestos tiene fuera de la parte técnica y táctica del equipo y técnica individual. Ver una mirada, un gesto, un codo arriba, ver esas cosas que no sirven. El proyecto habla un poco de eso. Enseñar el reglamento también. Entender que el árbitro es un ser humano y que si lo hacemos calentar no ganamos nada. Con este proyecto busco analizar que piensa y que siente el jugador del árbitro. Es importante porque el jugador debe conocer a qué se está arriesgando si obvia la autoridad del juez. Fijate el ejemplo de Colegiales. Pega pocas patadas, en lo que va del torneo sólo tuvo un penal en contra y dos expulsados. El año pasado hubo 252 faltas en todo el campeonato, lo que da un total de doce faltas por partido; muy poco. En inferiores, la idea es bajar los decibeles para quitar la agresividad desde chicos. No hay que ir a ganar si o si como quieren ellos, sino que la función de las inferiores debe ser sacar jugadores. Hay que hacer un trabajo a largo plazo para  meterles en la cabeza conceptos que les sirva al grupo. Por suerte, en Colegiales tenemos un plantel que cumple con eso a la perfección. Esta herramienta que yo les aporto desde afuera, les sirvió y la utilizan.
VD: ¿Todas estas cosas las viste mientras dirigías y pensaste en solucionarlas fuera del arbitraje?

GG: Yo creo que sí. Soy una persona muy light y no veo en el otro la maldad y la mala leche. En Colegiales busqué solucionarlo en la pretemporada analizando goles de pelota parada por foules tontos. Mi idea es evitar esos goles, las amarillas, las expulsiones. Si tenes un jugador referente suspendido tres fechas en el torneo podes pensar que no es nada. Para mí si es importante, porque son tres semanas que le estas pagando a ese jugador. Un caso fue Sebastián Morquio en Español.

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