Nuevamente las hinchadas burlaron el operativo policial y la
parcialidad local dio un espectáculo de bengalas antes de terminar el partido. ¿Viveza
criolla, operativo ineficiente o complicidad dirigencial?
Antes de jugarse la final de ida el estadio Ruben Laola fue
inspeccionado en dos oportunidades según dieron a conocer. Sesenta efectivos
formaron parte del operativo policial que incluyó corte de calles, custodia de
las inmediaciones, cacheo exhaustivo y fuerza de choque con los que se buscaba
prevenir incidentes y la entrada de objetos contundentes.
Sin embargo, todo fue inútil. Al inicio del juego nomás Jorge
Castillo (que jugó un partido a parte) ligó un piedrazo desde la hinchada de
Libertad y la final estuvo parada un par de minutos. Pero lo mas grave se dio
casi sobre el final: lo ganaba bien 2-0 el local y desde la tribuna se dio
inicio a una exhibición de bengalas. De dos a tres minutos duró el espectáculo pirotécnico,
una vez mas.
Fue un poco patético ver el cruce entre funcionarios
policiales e integrantes de la Comisión Directiva de Libertad echándose culpas unos a otros mientras esto
estaba sucediendo. Vaya uno a saber qué pasó para que los muchachos de repente
se encuentren festejando el año nuevo y la posible estrella Nº 29 con bengalas
en la cancha. Lo cierto es que quedó demostrado que la Policía no pudo prevenir
nada de lo que se planteó en estos tres “partidos de alto riesgo”, como les
gusta llamarlos a ellos, que se jugaron en Charata. Pero nada alcanzará si los
involucrados tampoco colaboran con la causa y si uno se remonta a la final anterior entre ambos no es la primera vez que ocurre. Ah, queda una final todavía en el Barrio
Itatí…
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