Que se pierda

Jorge Castillo jugó un partido aparte: se peleó con todos, jugó gratis y hasta se dio el gusto de hacerle desaparecer dos pelotas al local. Una fue a parar a la hinchada visitante que ni lerda ni perezosa se encargó de completar la maldad. Un Cachulo autentico.

Castillo nos tiene acostumbrados a este tipo de acontecimientos. Con un par de años y marcas de unas cuantas batallas encima el mismo reconoce que no se destaca por ser un gran jugador. Pero si de prepear al rival o al arbitro para sacar algun tipo de ventaja y no dejarse llevar por delante se trata a mi juego me llamaron, dice.
En varias ocasiones del partido le tocó bailar con la mas fea: marcar a Alexis Rios. Y lo hizo como pudo, cortando con falta. Ya tenía amarilla de una jugada anterior y cuando se venía para liquidarlo otra vez Castillo lo taló abajo a Alexis. Zafó ahí, al limite.
Y en se tiempo que siguió jugando hizo de todo. Se peleó con el mismo aparato de siempre que se sienta al lado del alambrado porque según el escondía las pelotas, hasta con algunos de su propia hinchada cruzó un par de palabras. Pero lo mas insolito se dio después. Le cayeron a sus pies balones que no estaban en juego y en eso de un pelotazo las mandó al diablo. Una se perdió en el Barrio Arrudi y la otra cayó en la tribuna visitante. Y los muchachos completaron su trabajo que fue hacerla desaparecer entre la muchedumbre, "que se pierda, que se pierda" cantaban ante la bronca de los colaboradores del club azulgrana.