30 de octubre de 2011

“YO ME CASÉ CON JUVENTUD….”

>> …y la gente se enamoró de mi”. Walter Moralez, el arquero de todos los tiempos del Rojo abrió el baúl de los recuerdos y le abrió su corazón a El Deportivo. Anécdotas, recortes de diarios, amigos, agradecimientos; todo contado por el “Flaco” histórico de Juventud Unida.

“Nadie sabia que yo jugaba al futbol, lo hacia en la canchita y a los que me decían que vaya a atajar en un equipo de primera les contaba que no era arquero, una total mentira yo no quería jugar en cancha grande hasta que mi cuñado Quiña me trajo y me quedé acá en Juventud Unida. En el 85’ jugué en la segunda y al tiempo debuté frente a Ferro de Pinedo, tuve que reemplazar a ese gran arquero que era Tomas Moreno, hasta el 92’ me quedé en el Club, la pase realmente muy bien, los compañeros que tenia jugadores notables, Misael Mena, Hildo Gutiérrez, Luis Milla, Ricardo Palavecino. Nosotros no cambiábamos la camiseta, éramos todos del barrio, nadie se iba a otro club, eso no veo que ocurra, era raro encontrar jugadores que no eran del barrio, claro que el problema lo tenia el técnico que no sabia a quien dejar en el banco de suplentes, era difícil el tema”.

“De los recuerdos que uno atesora tengo tres camisetas de arquero, algunos recortes de
Eco Deportivo y Diario Norte, fui uno de los que impulsó las calzas en el futbol de la región, las tenia de todos colores, me cargaban mis compañeros en el vestuario porque me decian que me estaba dando vuelta (risas). Al hincha le gustó mi paso por acá, tal vez porque yo me casé con Juventud Unida, además las piruetas que hacia las hacia con el alma, por eso la gente se enamoró de mi, sumado a algunas pelotas que creo atajé en esos 6 años, y algunos penales que sirvieron para ganar partidos y campeonatos, creo que tal vez eso permitió que hoy tengan un buen recuerdo de lo mío. Esta es una barriada inmensa y muy linda, hay chicos que saben de mi y es porque los padres le cuentan, eso es impagable, yo dejé de jugar hace 15 años, que aplaudan a los que juegan ahora, me da vergüenza a veces que me aplaudan a mi”. 

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